Prácticamente uno de cada cinco jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años (18%) ha utilizado un dispositivo móvil para visitar la página web de una biblioteca pública o para consultar recursos en línea de
estas instituciones, en comparación con el 12% de los mayores de 30.
Además, el 38% de los integrantes del primer grupo han empleado los
ordenadores de los centros de lectura y se han conectado a internet en estos equipamientos, frente al 22% de los miembros del otro colectivo.
Los
expertos del Pew Research Center, responsables del estudio llevado a
cabo en Estados Unidos del que procede toda esta información, aclaran
que, para entender mejor esta progresión, hay que considerar que el 97%
de los jóvenes tiene teléfono móvil –dos tercios de ellos son smartphones–; el 34%, una tableta; y el 28%, un e-reader,
es decir, un lector de libros electrónicos. Precisamente una cuarta
parte de los jóvenes sostiene que ha consumido alguna obra escrita en
este soporte en los últimos 12 meses.
Con este análisis se
constata que los menores de 30 cuentan con un gran dominio de las
herramientas digitales aunque no renuncian a los medios de comunicación
impresos –los siguen con frecuencia– y a las bibliotecas tradicionales.
El personal de estas instalaciones es consciente de ello. Por eso, un
entrevistado durante la investigación apuntaba: “A los niños y
adolescentes les encanta tener su propio espacio. ¿Por qué no íbamos a
dárselo en las bibliotecas?”. De hecho, la proporción más elevada de
lectura se da entre los chavales de 16 y 17 años, con un 85% de usuarios
que han completado al menos un libro en este curso.
Fuente: www.lavanguardia.com
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