En las estanterías de los sótanos del
recién abierto Archivo Histórico de Euskadi, que se erige en pleno
centro de Bilbao, descansan miles de cajas con retazos de historia de
nuestro país en su interior: vidas vividas, archivos, autos judiciales,
censos eclesiásticos y documentos del Gobierno vasco en el exilio, que
constituyen un importante valor patrimonial.
"Lógicamente, los originales no se pueden sacar; sería como si se fuera al Prado y se quisieran tocar Las Meninas, de
Velázquez, pero sí se pueden disfrutar. El 80% de ellos están ya
digitalizados. Si no se tiene internet, se puede venir aquí a
utilizarlo. La entrada es libre. Además, el edificio dispone de amplios
espacios para la consulta y el trabajo de los usuarios. El público puede
venir a consultar libros, a participar en actos, en conferencias o
simplemente a conocer el Archivo. Precisamente, la fachada del edificio
es de vidrio porque nuestro objetivo es hacer transparentes a la
ciudadanía los tesoros del Archivo, que está al servicio de todos. No
hace falta ser un erudito, basta simplemente con tener curiosidad",
explica su director, Borja Aginagalde, un experimentado historiador y
archivero. Aginagalde ha dirigido desde 1986 el Centro de Patrimonio
Documental de Euskadi, Irargi, en Bergara, del que se ha nutrido la
nueva infraestructura cultural, que abrió sus puertas recientemente y
que ya ha comenzado a recibir visitantes.
Fuente: noticiasdegipuzkoa.com
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